Cuando empecé este blog pensaba sobretodo
en cómo hacer llegar aquellas propuestas culturales de interés expositivo a los
demás, pretendía crear un espacio de reflexión sobre aquellas exposiciones que
por un motivo u otro considero interesantes y dignas de ser tomadas en
cuenta. Hoy tenia preparado un
artículo sobre la exposición de Gordon Matta-Clark en el MACBA, pero la verdad
es que se le quitan las ganas a una de escribir sobre cultura en un país que
demuestra cada vez de manera más descarada que la cultura es algo a lo que
desde el gobierno se le da la más mínima importancia. Hoy hago un alto en el camino para unirme de manera virtual a la manifestación que se llevará a cabo hoy en contra de la subida del IVA en la cultura y espectáculos.
Como sabéis hace poco el gobierno ha anunciado la subida del IVA hasta el 21% y esto afectará directamente a nuestro sector, que ya bastante hundido y ninguneado, se enfrentará ahora a unos impuestos prácticamente devastadores.
En el mundo de los espectáculos, no hace
falta ser un experto para saber que muchas veces las salas de teatro y
conciertos no llenan el aforo dejando descubiertos los presupuestos y en muchas
ocasiones con perdidas directas, ahora con el 21% más de IVA, las entradas se
verán directamente afectadas y lo
que para muchos ya era un lujo ahora se convertirá en algo inasequible y las
pequeñas compañías serán las primeras afectadas, así en poco tiempo los únicos
espectáculos rentables serán los de corte internacional, adiós a los
espectáculos de mediano y pequeño formato propios de nuestras productoras. En
los museos las consecuencias no tardarán en verse reflejadas y seguramente en
Barcelona los museos se convertirán en un espacio de disfrute exclusivo para
turistas ya que serán los únicos que podrán pagar y los que no se darán cuenta
de que lo que ve no es una exposición temporal sino relecturas constantes y
eternas de la misma colección del museo que, falto de recursos no podrá traer
obras de ninguna parte.
Por otro lado la compra de obras de arte
se encarecerá también y si ya de por si estamos en un país con una cutre y
maltrecha tradición coleccionista ahora los pocos coleccionistas que quedan se
lo pensarán el doble antes de adquirir una obra de arte, así, las galerías que
ya luchan contra viento y marea se verán afectadas directamente. No hace falta
decir que todas aquellas profesiones relacionadas con la creación, diseñadores
y artistas (en su mayoría free-lance) se verán obligados a cobrar más y
evidentemente perderán clientela. Así pues, los únicos estudios de diseño que
sobrevivirán serán los más grandes y fuertes, adiós a las propuestas
independientes y arriesgadas.
El mundo editorial que ya vive momentos
inciertos debido a la aparición del libro electrónico, quien sabe, quizás
consiguen cargárselo del todo y que en las librerías solo se pueda comprar
Harry potter y best-sellers internacionales. Adiós también a los jóvenes
escritores y jóvenes editores.
Y así sucesivamente hasta que de la
Barcelona cultural y creativa quede desierta a todos los niveles culturales y
los jóvenes que formamos parte de la llamada Creative Class (es decir, aquellos
que nos creímos el cuento de que podíamos vivir de nuestras pasiones) nos
veamos tan ahogados que o bien nos dediquemos a otra cosa o bien acabemos
sirviendo cafés en Londres como tan anchamente dijo cierto sin vergüenza hace
pocos meses en los medios.
Ah! Y un último apunte, la mayor parte de
la educación de nuestra generación se ha hecho en universidades y centros
públicos, así que toda esta generación de creative-class ha costado dinero
público que ahora dejan que se esfume. Parece que en los ’80 y los ’90 se tenía
más claro que la cultura no es un lujo ni mucho menos, sino que es uno de los
pilares de las sociedades civilizadas (es decir de la democracia que ofrece un pensamiento libre). Una lástima que en el s.XXI aún haya
ignorantes que no se hayan enterado.