Todos recordamos a algún profesor, a alguien que a través de sus
clases, de su manera de explicar y de la pasión que le ponía a aquello que nos
contaba nos inspiró de un modo u otro. Y es que los profesores a veces son más
importantes que los conceptos que enseñan, por ejemplo, ¿quién recuerda las
láminas llenas de ejercicios más o menos aburridos que nos hacían rellenar? En
cambio es muy probable que recordemos al profesor que nos las daba y corregía.
Profesores hay de muchos tipos y en un momento u otro de la vida
podemos encontrarnos en la situación de que seamos nosotros los docentes.
Quizás sea esto lo que les ha pasado a los artistas que desde el año 2010 y
hasta su tercera edición este año, aceptaron formar parte de un proyecto
educativo y artístico totalmente pionero en este país: el proyecto “En
Residència”.
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Actual Fabrica de creación Fabra i Coats |
La idea principal de este programa es la voluntad de dar a conocer
los diferentes procesos de creación en
el arte contemporáneo a un lugar poco frecuente, los institutos de
Barcelona y sus estudiantes. Para llevarlo a cabo se asigna a cada instituto participante un artista que se
establece en dicho centro durante todo el curso escolar, y a lo largo de este
periodo se propone lleva a cabo la ideación y creación de una obra artística
con la participación continua y directa de los estudiantes.
A lo largo de las tres ediciones del proyecto han participado en
este experimento educativo un total de once institutos, que han dado como
resultado final once prácticas artísticas de distintos formatos y temáticas,
obras que se inscriben dentro de las trayectorias de los artistas y que no
habrían tenido lugar sin la implicación colectiva de los estudiantes.
Esta muestra nos hace reflexionar sobre las complejas relaciones
entre educación y práctica artística, al fin y al cabo la educación forma parte
de la economía del saber ( y por
lo tanto mueve dinero real, todos hemos pagado por titulaciones diversas) y el
saber es algo muy difícilmente cuantificable. Lo mismo pasa con la producción
artística que forma parte de un capital simbólico y que a la hora de
cuantificar presenta diversos y complejos problemas. Si a esto le sumamos la
tendencia imperante en los planes de estudio que siempre privilegia las
materias “útiles” parece que reunir educación y arte es algo que supera ambas
instituciones.
En el ámbito pedagógico este proyecto materializa una necesidad,
la de abrir procesos nuevos de descubrir conocimiento, nuevas formas de
provocar el despliegue de actitudes creativas y de transmitir conocimientos.
Esto no evita que se planteen ciertas preguntas de antemano cómo:
¿el arte se puede
enseñar?, ¿Los procesos de creación se pueden transmitir?, ¿Se puede medir este
aprendizaje del mismo modo que se evaluan los conocimientos técnicos? Se abre ante nosotros una gran
incertidumbre. Una incerteza que seguramente también invadió a los artistas y
alumnos participantes cuando se enfrentaron por primera vez al proyecto.
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Diez mil horas de Salvador Juanpere en la exposición que tuvo lugar en la Fundación Suñol en 2010 |
Sea cual fuere la respuesta a estas preguntas lo que queda
plasmado en esta muestra es que dicho proceso creativo ha dado sus resultados,
por una parte los alumnos han trabajado mano a mano con los artistas, han
seguido los diferentes procesos de creación y han sido partícipes de obras tan
impactantes como por ejemplo “Diez mil horas” de
Salvador Juanpere en el Instituto Infanta Isabel d’Aragó, en la cual se hace
referencia a las diez mil horas que según la sociología se necesitan para
aprender cualquier oficio, es decir, una obra que hace reflexionar a los
alumnos sobre su propia formación creativa.
Por otra parte cabe decir que los artistas participantes están de
acuerdo casi unánimemente en que la experiencia les ha hecho cambiar sus
perspectivas e incluso su manera de entender sus propias obras, también ha sido
un proceso de descubrimiento para ellos y es que cuándo uno se acerca a las
obras rápidamente se entiende que en este caso lo más relevante no es la obra
“final” sino todo el proceso que durante el curso escolar se ha llevado a cabo,
el acercamiento entre estudiantes y artista, la relación que de ahí surge, la
interacción, el encuentro casi imposible entre dos mundos aparentemente tan
lejanos y que sorprendentemente tienen mucho que enriquecer el uno al otro.