miércoles, 16 de octubre de 2013

Swab, arte emergente o rápido olvido


Vivimos tiempos de polaridad, por una parte el panorama artístico barcelonés cuenta con grandes artistas jóvenes, con galerías pioneras y con comisarios con una muy buena proyección, pero por otra parte, el cierre de espacios artísticos, la supresión de presupuestos y la poca cultura del coleccionismo (entre otros muchos factores) hacen que el futuro del mundo del arte parezca incierto en la ciudad. Por eso, la feria Swab quizás hoy  tiene sobre sus espaldas más expectativas que nunca.

Para los neófitos, la feria Swab surgió en Barcelona en el 2007 de la mano del coleccionista Joaquín Diez Gascón, un apasionado del arte contemporáneo que comenzó coleccionando únicamente arte catalán y que hoy en día ha internacionalizado su colección.  Desde su fundación esta feria siempre se ha regido por dos premisas básicas, la de descubrir y la de fomentar la creación artística.

Del 3 al 6 de este Octubre se inició la 6º edición de Swab y después de una semana de reflexión hay algunas cuestiones que destacan tremendamente. Esta feria cuenta con diversos programas de comisariado entre los que destacan por ejemplo el programa MYFAF que da una valiosa oportunidad de exponer a galerías de nueva formación (menos de 2 años) que no han participado nunca en una feria de arte o el programa Nuevas Posiciones que se centra en aquellas galerías que apuestan fuerte por el arte más emergente. Además cuenta con otros programas muy interesantes que han ayudado a que vengan galerías de hasta 19 países a enseñar que se cuece en el arte joven de las distintas partes del globo.  

Todos estos programas están pensados para  incentivar la creación, pero quizás no se plantea qué tipo de creación se está incentivando, me explico: La sorpresa para mí ha llegado cuando visitando la feria  me he dado cuenta de que la gran parte de obras políticamente posicionadas o con un carácter de pensamiento crítico, se encontraban prácticamente en dos o tres galerías. Si tenemos en cuenta que había 53 galerías en la feria, realmente el porcentaje es muy pequeño.

"Recortes en educación y sanidad" de Uri
Algunos periódicos escribieron sobre como el hiperrealismo, el pop y la fotografía han estado presentes en el Swab y yo diría más, me da la sensación de que es lo único que había. Es decir, aparte de algunas obras como las de Uri en la galería N2, Casi todo lo demás se reducía efectivamente a un pop art de tercera generación (o cuarta) y a unas fotografías técnicamente perfectas pero que no reflejan ni un ápice la situación actual que vivimos.  

Teniendo en cuenta que los jóvenes de todo el mundo son los más perjudicados por la coyuntura que nos toca vivir y que las oportunidades de alzar la voz son más bien escasas, me pregunto por qué las obras elegidas reflejan más bien un autismo social o un profundo aislamiento personal más que el malestar social real que vivimos cada día.
Performance de Jonathan Bernad


No basta con que el Swab tenga un programa de arte urbano o con que las galerías que acuden a la feria sean jóvenes, el verdadero problema es que las galerías no quieran apostar por profesionales críticos, atrevidos o incómodos.

¿Dónde esta la joven Teresa Margolles del futuro? ¿Dónde esta el próximo Ai Wei Wei? ¿Dónde esta la nueva generación de artistas comprometidos que creen en su obra para visibilizar una problemática? Desde luego en el Swab había muy pocos y habiendo tantos jóvenes creadores en los márgenes una no puede evitar preguntarse que sentido tiene llenar ferias enteras de obras que por su propia vacuidad están condenadas a caer irremediablemente en un rápido olvido.  

jueves, 20 de junio de 2013

Signos y diálogos en la Fundación Vila Casas



La creación emergente y joven siempre se encuentra frente al eterno problema: cómo y dónde exponer.  Después de finalizar los estudios académicos los alumnos, que ya son jovencísimos creadores, se quedan flotando a la espera de poder contestar a estas preguntas a través de cierta dosis de suerte. Las oportunidades son pocas, por eso creo que cuando surgen iniciativas para visibilizar la obra que se está gestando en las escuelas superiores de arte y diseño hay que darles eco.

Una de estas iniciativas es la exposición  “Signos y diálogos”  que se ha inaugurado en el Espai VolART de la Fundació Vila Casas y que  podrá visitarse hasta el 26 de este mes.

"Metamorfosis" de Ona Camacho
La Escuela Superior de Diseño y Ingeniería ELISAVA  y la Fundación Vila Casas se han propuesto analizar y re-descubrir el espacio arquitectónico, urbanístico y social del 22@, una de las zonas más fracturadas de la ciudad. Este re-descubrimiento lo hacen a través del Museo Can Framis, que abrió sus puertas en 2009  como el 5º espacio expositivo de la Fundación Vila Casas.

Para llevar a cabo este análisis y exploración se han utilizado la imagen, el cuerpo y la arquitectura como ejes vertebrantes de un sinfín de relaciones que desembocan en los trabajos expuestos.

Como trabajos individuales destacan los que tienen una alta relación con el cuerpo y su vulnerabilidad, la desnudez y la exposición del sujeto frente a la arquitectura son protagonistas, así, en “Metamorfosis” de Ona Camacho en la que expone su propio cuerpo cómo metáfora de las transformaciones que sufre toda obra de arte desde la concepción de la idea hasta su total desarrollo y diálogo con el espectador, además la implicación con la arquitectura es total ya que se ha realizado como un site-specific en el vestíbulo de Can Framis.

"Metamorfosis" de Ona Camacho
Otro punto fuerte de la muestra son los proyectos grupales en los cuales la participación ciudadana es la protagonista y que tienen un corte más urbanístico y social. El proyecto “8 rellotges, les 8 barriades del Poblenou” llama especialmente la atención por ser un ciclo de intervenciones performativas que creaban relojes de arena con forma de 8 en cada una de las antiguas barriadas para recordar los cambios tan significativos y radicales que ha sufrido esa parte de la ciudad. Este proyecto ha sido llevado a cabo durante 8 fines de semana en los que se investigaba y se llevaba a cabo una performance en una de las barriadas, en cada ocasión surgió la espontánea colaboración de los vecinos que dió lugar al diálogo y la comunicación. Por otra parte, hay que destacar el fuerte trabajo de documentación que han llevado a cabo estos jóvenes en constante colaboración con el Archivo Histórico del Poblenou, que les ha proporcionado una basta información sobre las 8 barriadas y su evolución histórica hasta el día de hoy.
Observando este proyecto asistimos a un proceso necesario de investigación, creación y participación ciudadana en un momento en que las reflexiones sobre de dónde  vienen y a dónde van las ciudades suponen una preocupación constante.

Barcelona, hace mucho que optó por ser y comportarse como una ciudad-marca, llena de edificios icónicos que la ayuden a diferenciarse del resto de capitales internacionales y así potenciar el turismo. Este tipo de reflexiones artísticas colectivas, nos ayudan a poner sobre la mesa los ritmos de modernización y cambio que han sufrido distritos como el Poblenou, ver que factura ha pasado a la ciudad convertirse poco a poco en una marca fácilmente reconocible y si esa factura ha valido la pena.

miércoles, 5 de junio de 2013

El museo como parque, el caso DHUB


Nos hallamos en un momento de mutación en la cual, los patrones de producción y consumo cultural están cambiando tan rápido que apenas da tiempo a asimilarlos, también los patrones de clasificación y exhibición han cambiado de manera sustancial y continua. Y en definitiva, las colectividades toman el poder del mundo virtual sin preguntarle al museo si está de acuerdo o no.
Imagen nocturna del nuevo DHUB de Barcelona
en la Noche de los Museos

Recientemente Eduardo Perez Soler ha publicado un artículo dónde habla del hipermuseo que constituye la web  con su capacidad infinita de archivo y su facilidad para la visibilidad  del acervo cultural más grande que se ha hecho jamás. Frente a tal realidad, el museo tradicional necesita reinventarse hoy con más urgencia que nunca, necesita redefinirse y ofrecer nuevas opciones para conseguir mantener su influencia social y seguir siendo un lugar de referencia.

Hasta aquí todo bien,  necesitamos un nuevo museo que nos de la posibilidad de investigar, de colaborar, de llevar a cabo proyectos totalmente digitales y colectivos, parece que tiene sentido, potenciar los recursos humanos y de colaboración de los museos, potenciar la creación analógica o digital y dejar atrás esas colecciones llenas de polvo que hoy en día ya nadie va a ver porque desde casa puede encontrar fotos en mejor definición y más información que yendo a visitar todos esos objetos-reliquia.

Imagen interior del nuevo DHUB de Barcelona 

Pues creo que en Barcelona no lo han entendido y una buena muestra de eso son los nuevos proyectos museísticos que se proyectan en la ciudad de cara al 2014. En especial me inquieta el DHUB (Museo del diseño)  que pretende agrupar a las colecciones de Museo de las Artes Decorativas, Museo de la Cerámica, Museo Textil y de indumentaria y el Gabinete de las Artes Gráficas, en total 4 colecciones de lo más variopintas y diversas que hasta hace poco se morían del aburrimiento y del polvo en la parte alta de Barcelona. Para su reagrupación se ha proyectado un edificio faraónico y colosal de 25.000 metros cuadrados útiles que ha costado la friolera cifra de 100 millones de euros, es casi una obscenidad construir algo tan desorbitado cuando otros centros de la ciudad de larga tradición luchan diariamente contra los despidos y la precariedad por seguir abiertos.  
 
Imagen interior del nuevo DHUB de Barcelona
Mucho se van a tener que esforzar en que ese espacio no quede relleno de 4 colecciones inconexas y sin un euro que invertir en la necesaria re-invención que todo museo necesita hoy en día. Algunos defensores pueden decir que la experiencia física que nos da la visita a un museo nada tiene que ver con la experiencia virtual y que el nuevo DHUB se centrará en el objeto y la experiencia que imprime en el visitante. En otro contexto les daría la razón pero, sinceramente, dudo que nadie se fije en los vestidos, en las cerámicas y demás objetos con un edificio tan sumamente protagonista y espectacular. Sin ir más lejos, en la reciente Nit dels museus, el DHUB abrió sus puertas sin ninguna exposición y nadie la echó en falta pues todos parecíamos turistas tomando fotos sin cesar a las magníficas instalaciones.


Auditorio del DHUB de Barcelona
Parece ser que el modelo de cultura de escaparate se cristaliza de una forma imparable en Barcelona, que nada importa la investigación artística y el tejido creativo y que el huevo DHUB va a ser una parada más para las masas de turistas que encuentran en el museo un nuevo tipo de parque de atracciones, más cool, pero igual de frívolo.





domingo, 5 de mayo de 2013

Can Felipa, ¿bye bye?

El Edificio de Can Felipa 
Hace años, cuándo empecé a estudiar Historia del arte, por inquietud personal y gracias a algunos profesores comprometidos conocí el espacio de Can Felipa Arts Visuals.
Allí empecé a comprender cómo funcionaban los circuitos de arte emergente, los centros de creación y sobretodo el papel que han llevado a cabo las plataformas de descubrimiento y experimentación artística, ya que son el primer escalón de un complejo circuito artístico que llega hasta el museo.


Can Felipa ha trabajado 17 años en intentar ser una plataforma para el arte más nuevo, más emergente e inclasificable y parte de este trabajo se centraba en los concursos públicos que organizaba y que marcaban el calendario anual de actividades.  Su concurso de comisariado hacía que todos los interesados en el sector estuviéramos pendientes de las fechas y las resoluciones. En sus exposiciones uno podía intuir lo que un par o tres de años después encontraría en centros más oficiales, incluso en el MACBA o en Museos internacionales. 

Su concurso de producción artística tenía criterio, a uno le podía gustar más o menos, pero lo cierto es que  ha catapultado a más de una carrera artística internacional.

Una exposición en el espacio
Durante años las convocatorias de Can Felipa han sido todo un acontecimiento para la juventud creativa de Barcelona, y evidentemente durante años  los jurados se han visto desbordados por la cantidad de proyectos que se presentaban. 

Por otra parte  Can Felipa no era un cubo blanco  e impersonal, estar en el corazón del Poblenou (un barrio con una fuerte tradición obrera) le confería un aire de más participación y de un cierto colaboracionismo  con el barrio que hacia de este espacio un lugar único para el diálogo y la convivencia. Era un lugar idóneo para repensar el presente y el pasado y establecer diálogos constantes.

Ahora el cierre de Can Felipa es una realidad que acecha y que parece que mañana, dia 6 de mayo se hará la resolución definitiva.  Si el cierre se lleva a cabo se tirarían así 17 años de creación, de motivación  y de crecimiento artístico para la ciudad. 
Cartel de una acción de protesta defendiendo a Can felipa 

Lo más triste de todo es que Can Felipa  solo necesita para subsistir  un presupuesto de unos 30.000 euros anuales, así que los motivos de su cierre no son solo económicos; al cerrar Can Felipa nos dejan muy claro que lo que quieren cerrar es un modelo, una manera de trabajar y de funcionar. 
Intentan acabar con el modelo de los centros de producción y reconducir todos los esfuerzos hacia los grandes centros museísticos que pueden ser más rentables como espectáculo turístico  que ayudan a potenciar la imagen de marca de las ciudades.

Frente a un panorama tan devastador me hago muchas preguntas cómo por ejemplo: cuándo ya no queden centros de producción joven en Cataluña, ¿qué pasará con los jóvenes creadores?  ¿Estarán condenados a no tener nunca la oportunidad de elaborar una carrera artística en condiciones? seguramente tendremos que ir a buscar a los artistas españoles que se habrán ido a Berlin, Londres, NY...

Por otra parte seria bueno que los políticos escucharan lo que Manuel Borja-Villel, director del MNCARS, dijo en una entrevista hace pocos días, “…Una sociedad que no fomente la innovación, el desarrollo, la investigación y la creatividad hipoteca su futuro. Si no respetas las minorías también hipotecas el futuro de la democracia. La cultura no es una industria, por eso hay que favorecer cosas que no sean rentables en términos economicistas. Nuestra "rentabilidad" se mide por otros baremos y es a largo plazo.”[1]

Quizás si los responsables de la cultura en este país tuvieran esto claro no se atreverían a seguir cerrando centros que han costado un largo camino de construir. 


[1] La entrevista se puede consultar en : http://www.elconfidencial.com

martes, 26 de febrero de 2013

La rebelión latina



Hace tiempo que algunas voces importantes dentro del mundo del arte contemporáneo están debatiendo el hecho de que la modernidad occidental (en lo que a prácticas artísticas se refiere) ha dejado de sorprendernos y las neo-vanguardias que nos brinda la vieja Europa cada vez nos aportan menos sorpresas y más puntos de vista recalentados que ya no suenan a nuevos. Por otra parte la desmesura de la globalización facilita y acerca la mirada hacia otras modernidades que han sido ninguneadas durante demasiado tiempo y que han resultado aportar nuevos puntos de vista, nuevas reflexiones y nuevas sensibilidades desde situaciones geográficas y culturales muy distintas a la nuestra.



Una sala de la exposición con algunas imágenes
de las marchas de las madres de may
La exposición "Perder la forma humana" (se puede ver hasta el 11 de marzo) es un claro ejemplo de esta voluntad de mirar hacia otros proyectos de modernidad. 
En ella se asiste a un recorrido por las reacciones artísticas realizadas desde el  momento clave que supuso el golpe de estado de Pinochet en Chile en 1973 hasta 1994 con el nacimiento del zapatismo que inicio una nueva manera de entender la lucha a nivel internacional. 


Todas estas prácticas deben entenderse en relación con los gobiernos represivos que han azotado este vasto continente que comúnmente llamamos Latinoamerica y se debe comprender también que la exposición reúne un gran abanico de conflictos que nos dan un buen primer acercamiento al territorio pero que no tiene una voluntad enciclopédica.

Instalación de las Yeguas del Apocalipsis
Durante la visita uno toma consciencia de la gran necesidad de la formación de colectivos y organizaciones o grupos para llevar a cabo sus producciones artísticas dentro de estados represivos y controladores. Entendiendo el grupo como un modelo de organización contra-hegemónica que intenta adecuarse a luchas de colectivos muy diversos. También hay una toma de consciencia en la cual los grupos identifican la creación cultural con la reivindicación política.


Claros ejemplos son grupos como Taller NN, C. A. Pa. Ta. Co, o el grupo CADA que también realiza intervenciones en prensa. En lo personal una de las instalaciones más impactantes es la presentada por el Grupo las Yeguas del Apocalipsis que muestra el mapa de América del Sur cubierto de cristales rotos de botellas de Coca-cola, aludiendo al estado post-colonialista en el que se ha cristalizado la modernidad latinoamericana. Sobre ese mismo mapa se llevo a cabo una performance  que consistía en un baile homosexual, con esa performance hacían un acto totalmente disidente, en plena lucha contra el SIDA y desafiando las convenciones de represión sexual.


Manifestantes dibujando siluetas en reivindicación
de los desaparecidos, El siluetazo
Durante el recorrido se asiste también a la manifestación colectiva de El Siluetazo, que comenzó de forma relativamente espontánea durante la III Marcha de la resistencia convocada por las Madres de la plaza de Mayo de la mano de tres artistas ( Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel ) y acabó llevándose a cabo por miles de manifestantes, madres y familiares de los desaparecidos. Un acto tan sencillo como dibujar la silueta de una figura humana se convirtió en el símbolo de los miles de desaparecidos que la dictadura argentina llevó a cabo desde el 1976 hasta el 1983. Lo mismo pasó con el movimiento No+ que acabó aglutinando todo tipo de demandas sociales, desde el cese de la violencia hasta su rechazo al patriarcado.


Pareciera que el clima de violencia y el estado de alerta constante fueron catalizadores de prácticas que en medio de ese entorno encontraron su razón de ser, por ejemplo, la voluntad de producir información no oficial que escapara del control de los regímenes represores dio lugar a la Oficina de (Contra)información, del mismo modo que el boom del foto periodismo militante que a través de la fotografía pretendía visibilizar y abrir canales de resistencia al orden establecido. 



Performance de Gianni Mestichelli sobre las torturas
Otro foco de atención dentro de la exposición es el papel del cuerpo, el cuerpo cómo herramienta, como arma de reacción y de irreverencia. Dictaduras, masacres y la violencia desmedida son el origen de un sinfín de prácticas performativas que trasladan al cuerpo la mutilación, el sufrimiento y el derrotismo de un continente que ha relacionado su proyecto de modernidad con la violencia de manera constante. Para la investigación de este diversos grupos releyeron a Antonin Artaud y su teatro de la crueldad como ejemplo de catarsis del dolor y el sufrimiento. Por otra parte también vemos la importancia del cuerpo en la criminalización del sujeto y podemos observar cómo diversos grupos hacen actos reivindicativos en cárceles como Los Ángeles Negros. 



Ejemplo de foto-periodismo militante
En definitiva, una exposición de 600 obras que nos presenta las prácticas más reivindicativas y contra-culturales del continente y nos hace reflexionar sobre la importancia de un arte político y comprometido cómo una de las pocas armas de liberación que tienen los más reprimidos para reivindicar, visibilizar y luchar contra la barbarie. 

martes, 5 de febrero de 2013

Qué es un hogar?



“El cuerpo exiliado, expulsado de su hogar, durmiendo en el afuera, como si, desprovisto de vida, ya nunca más fuese admitido en su morada” M. Ángel Hernández Navarro. 



Desde el 25 de enero y hasta el 28 de Abril se presenta en el MACBA “La casa fantasmal” de Ahlam Shibli (1970), la muestra reúne 9 series fotográficas que la artista ha llevado a cabo en los últimos diez años de trabajo.
Es la primera muestra sobre esta artista en el estado español y creo poder afirmar que desde el día de la inauguración no ha dejado indiferente a nadie. Tiene demasiada fuerza. Y es que las fotografías de Ahlam Shibli hablan sobre algo que es común a  todo ser humano: La necesidad ineludible de tener un hogar.


Pero, ¿exactamente qué es un hogar?  Tradicionalmente el término “hogar” se refiere a un lugar dónde el individuo o grupo habita y que siempre va asociado a una cierta calma y seguridad. Es el lugar dónde estamos a salvo.
Todas sus series fotográficas abordan el conflicto que supone para el individuo perder un hogar. ¿Qué le queda al individuo o a la colectividad que ha perdido su lugar en el mundo?       ¿Qué poder de reacción tienen los individuos que ya no poseen un lugar dónde habitar a salvo?. Delante de estas preguntas es dónde entra en juego el papel de la fotografía. Cuando Joe Spence problematizaba la práctica documental en su conferencia “la práctica documental a examen”(1987) daba en el clavo cuando hacía reflexiones alrededor de la relación de la fotografía y el poder, quién tiene el poder y cómo lo usa, y quienes carecen de él. La artista en este caso, utiliza la fotografía como un vehículo para visibilizar las comunidades afectadas por esta “pérdida del hogar” y su consiguiente pérdida de poder, y se centra,  en el pueblo Palestino. Quizás lo más sorprendente es que ella no se centra en el conflicto (que todos por desgracia conocemos) sino que lo da por hecho y se centra en el funcionamiento del conflicto, en toda su complejidad y en las micro-problemáticas que desencadena dentro de la comunidad palestina. Es decir, no busca los momentos de acción y amarillismo a los que nos tiene acostumbrados el género documental, sino que busca los signos del conflicto de una forma más bien fría, aunque no por ello menos intensa.
Otra estrategia que utiliza la artista de manera constante es la de acompañar cada una de las fotografías de fecha, lugar y todos los datos técnicos necesarios  para impedir un uso tergiversado de dichas imágenes, también por ese mismo motivo la artista trabaja siempre en series, convirtiendo así la serie en la única manera de que una sola imagen aprehenda un sentido y realizando así una “resistencia fotográfica”. Una resistencia que intenta visibilizar por medios alternativos aquello que al poder no le interesa.
Por otra parte cabe decir que Ahlam Shibli da un gran protagonismo al cuerpo en sus fotografías, entiende el cuerpo como el primer lugar de conflicto a la par que el primer “hogar”. El cuerpo es la sede de conflictos internos inherentes al ser humano  y diana de represión por parte del sistema normativizador  en el cual (sobre)vivimos. Sus series “Eastern LGBT”(2004/6) y Dom Dziecka. The house starves when you are away”(2008) no dejan lugar a dudas  del amplio abanico de problemáticas que rodean al cuerpo abordando temas como las identidades Queer o los cuerpos victimizados de huérfanos polacos.  Y no se puede obviar que al abordar estas conflictivas realidades, Ahlam Shibli  desafía uno de los problemas que la fotografía documental arrastra desde los años ’80, que es la documentación de individuos con problemáticas de identidad de índole sexual dónde generalmente la cámara está prohibida ya que pertenece a un espacio privado altamente censurado.

Quizás sea (permitidme especular) porque a aquellos a  los que se les ha arrebatado el hogar, la casa, la familia, las tierras y conviven con la violencia de forma cotidiana, lo único que les queda al final como lugar de resistencia  es su propio cuerpo, un cuerpo que necesita ser disidente después de tanta represión.


Todas las series fotográficas de Ahlam Shibli son un grito de resistencia, son un grito político contra la violencia de estado y contra la violencia de las propias imágenes, que en estos tiempos de saturación parece que victimizan más que reivindican.
Para finalizar, sólo puntualizaré que las fotografías de Ahlam Shibli nos muestran cómo la identidad social palestina se ha construido a través del conflicto  y cómo el hecho de intentar auto-representarse (cómo pueblo al que se le ha negado ese poder) supone ya un acto político ineludible, porque al fin y al cabo es mostrar aquello que al poder no le interesa.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Quinto Aniversario en la Fundación Suñol


Ya es un lugar común hablar de lo mal que esta la cultura en este país y más si está relacionada con las iniciativas del ámbito público. Así que hoy he decidido hablar de una iniciativa privada que se merece (desde mi punto de vista) ser reconocida por su importante aportación a la cultura en Barcelona.

Espacio Nivell Zero en la Fundación Suñol
La Fundació Suñol de Barcelona cumple cinco años (se abrió al público justo cuando empezó esta crisis) y desde sus inicios se ha erigido como una fundación privada con una doble voluntad, por un lado, mostrar la colección privada que la conforma y por otra parte un espacio dedicado exclusivamente a la nueva generación de jóvenes creadores relacionados con el arte contemporáneo,  el espacio Nivell Zero. Por este espacio han pasado diversos artistas emergentes y se han llevado a cabo interesantísimas propuestas como “En Residència”. Es decir, hay muchas cosas que celebrar. Y para celebrarlo ha decidido enseñar el fondo privado que configura su colección con un comisariado a cargo de Valentín Roma y Rosa Queralt. La muestra durará hasta  marzo del 2013 (¡eso de renovar expos cada tres meses se acabó!).

Andy Warhol "Mao" 1972
La Exposición se organiza en ocho espacios/temáticas diferentes, las temáticas son elegidas notoriamente por los comisarios y van desde conceptos tan sugerentes como "Rostros" o "Cuerpos" a algunos altamente problematizados por la historia y la crítica de arte tales como " Abstracciones", "Expresionismos" o " Resistencias". Roma y Queralt nos dan su perspectiva de la amplia colección Suñol, Queralt desde el catálogo con un magnifico texto sobre la situación artística en los ‘70’s y ‘80’s y Roma con los textos que acompañan a las obras “in-situ”, desde la primera sala hay que remarcar la calidad de sus textos. 

Y es que dar una nueva mirada a una colección privada no es tarea fácil, la pulsión coleccionista en ocasiones responde a una lógica interna que solo el coleccionista conoce y no siempre va acompañada de un criterio formado e intencional, pero este no es el caso. Re-visionando la colección Suñol se asiste a un buen resumen de lo que se ha considerado “Arte contemporáneo” en los últimos cincuenta años de historia. De hecho es una de las colecciones de arte contemporáneo que más se ofrecido a ser releída una y otra vez demostrando así su consciencia de las obras como dispositivos para la creación de discursos y  sin rendirse jamás a la tentación de enaltecer las obras de manera acrítica. Además, el comisariado de Valentín Roma consigue dotar de una nueva narratividad  a obras de más de 70 artistas que han trabajado en los más diversos formatos, pasando por la pintura, la fotografía, el dibujo o la escultura entre otros.

Equipo Crónica  "La rendición de Torrejón" 1970
Por otra parte, independientemente de la nueva narrativa que acompaña a la colección, vale la pena incidir en que no todos los días se puede ver en Barcelona obras de Warhol, Picasso, Man Ray, Gargallo, Miró, Lawrence Weiner, Richard Avedon o Equipo Crónica en la misma exposición.

 Es una gran oportunidad para ver dichas obras originales ya que en estos difíciles momentos para la cultura en este país nos vamos a tener que ir despidiendo de las costosísimas exposiciones anuales que llegaban a los museos y utilizaban los grandes nombres de la historia del arte como gancho “marketiniano” para llegar al gran público. Así pues la Fundación Suñol se merece un aplauso ya que si no fuera por este tipo de iniciativas en el ámbito privado la situación actual más que precaria sería inexistente.