martes, 5 de febrero de 2013

Qué es un hogar?



“El cuerpo exiliado, expulsado de su hogar, durmiendo en el afuera, como si, desprovisto de vida, ya nunca más fuese admitido en su morada” M. Ángel Hernández Navarro. 



Desde el 25 de enero y hasta el 28 de Abril se presenta en el MACBA “La casa fantasmal” de Ahlam Shibli (1970), la muestra reúne 9 series fotográficas que la artista ha llevado a cabo en los últimos diez años de trabajo.
Es la primera muestra sobre esta artista en el estado español y creo poder afirmar que desde el día de la inauguración no ha dejado indiferente a nadie. Tiene demasiada fuerza. Y es que las fotografías de Ahlam Shibli hablan sobre algo que es común a  todo ser humano: La necesidad ineludible de tener un hogar.


Pero, ¿exactamente qué es un hogar?  Tradicionalmente el término “hogar” se refiere a un lugar dónde el individuo o grupo habita y que siempre va asociado a una cierta calma y seguridad. Es el lugar dónde estamos a salvo.
Todas sus series fotográficas abordan el conflicto que supone para el individuo perder un hogar. ¿Qué le queda al individuo o a la colectividad que ha perdido su lugar en el mundo?       ¿Qué poder de reacción tienen los individuos que ya no poseen un lugar dónde habitar a salvo?. Delante de estas preguntas es dónde entra en juego el papel de la fotografía. Cuando Joe Spence problematizaba la práctica documental en su conferencia “la práctica documental a examen”(1987) daba en el clavo cuando hacía reflexiones alrededor de la relación de la fotografía y el poder, quién tiene el poder y cómo lo usa, y quienes carecen de él. La artista en este caso, utiliza la fotografía como un vehículo para visibilizar las comunidades afectadas por esta “pérdida del hogar” y su consiguiente pérdida de poder, y se centra,  en el pueblo Palestino. Quizás lo más sorprendente es que ella no se centra en el conflicto (que todos por desgracia conocemos) sino que lo da por hecho y se centra en el funcionamiento del conflicto, en toda su complejidad y en las micro-problemáticas que desencadena dentro de la comunidad palestina. Es decir, no busca los momentos de acción y amarillismo a los que nos tiene acostumbrados el género documental, sino que busca los signos del conflicto de una forma más bien fría, aunque no por ello menos intensa.
Otra estrategia que utiliza la artista de manera constante es la de acompañar cada una de las fotografías de fecha, lugar y todos los datos técnicos necesarios  para impedir un uso tergiversado de dichas imágenes, también por ese mismo motivo la artista trabaja siempre en series, convirtiendo así la serie en la única manera de que una sola imagen aprehenda un sentido y realizando así una “resistencia fotográfica”. Una resistencia que intenta visibilizar por medios alternativos aquello que al poder no le interesa.
Por otra parte cabe decir que Ahlam Shibli da un gran protagonismo al cuerpo en sus fotografías, entiende el cuerpo como el primer lugar de conflicto a la par que el primer “hogar”. El cuerpo es la sede de conflictos internos inherentes al ser humano  y diana de represión por parte del sistema normativizador  en el cual (sobre)vivimos. Sus series “Eastern LGBT”(2004/6) y Dom Dziecka. The house starves when you are away”(2008) no dejan lugar a dudas  del amplio abanico de problemáticas que rodean al cuerpo abordando temas como las identidades Queer o los cuerpos victimizados de huérfanos polacos.  Y no se puede obviar que al abordar estas conflictivas realidades, Ahlam Shibli  desafía uno de los problemas que la fotografía documental arrastra desde los años ’80, que es la documentación de individuos con problemáticas de identidad de índole sexual dónde generalmente la cámara está prohibida ya que pertenece a un espacio privado altamente censurado.

Quizás sea (permitidme especular) porque a aquellos a  los que se les ha arrebatado el hogar, la casa, la familia, las tierras y conviven con la violencia de forma cotidiana, lo único que les queda al final como lugar de resistencia  es su propio cuerpo, un cuerpo que necesita ser disidente después de tanta represión.


Todas las series fotográficas de Ahlam Shibli son un grito de resistencia, son un grito político contra la violencia de estado y contra la violencia de las propias imágenes, que en estos tiempos de saturación parece que victimizan más que reivindican.
Para finalizar, sólo puntualizaré que las fotografías de Ahlam Shibli nos muestran cómo la identidad social palestina se ha construido a través del conflicto  y cómo el hecho de intentar auto-representarse (cómo pueblo al que se le ha negado ese poder) supone ya un acto político ineludible, porque al fin y al cabo es mostrar aquello que al poder no le interesa.

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