domingo, 25 de marzo de 2012

El mundo como pantalla

Ya era hora. Estos días y hasta el 28 de Mayo se presenta en el CCCB una exposición  que hacía tiempo que algunos esperábamos. Y es que la reflexión sobre el papel de las pantallas en nuestra vida ya no podía demorarse más. Era urgente salir del ensayo y probar a reflexionar desde otro formato, asumir ese reto y enfocarlo desde la exposición.

La muestra nos plantea  diferentes áreas de reflexión alrededor del uso y consumo que damos a las imágenes que nos envuelven diaria y constantemente.  Cada uno de estos temas está ilustrado con montajes audiovisuales  formados  de una cuidada  selección de imágenes.

Se pueden ver imágenes icónicas de todo tipo, desde el holocausto, los discursos de Hugo Chavez, las olimpiadas, anuncios de Channel, pornografía codificada  o cámaras de vigilancia.

Después de ver la muestra una pregunta es ineludible ¿Qué nivel de importancia tienen las imágenes en la creación de un imaginario colectivo que se traduce en deseo?.

La publicidad con sus espejismos de “belleza”, opulencia o eterna juventud. El deporte con sus supuestos valores de trabajo en equipo, competición, triunfo y culto al cuerpo. Incluso las imágenes de políticos convertidos en estrellas mediáticas conforman también un imaginario de lo que es la personalización del poder.

Es significativo que por un lado todos estos arquetipos mediáticos prometan, en definitiva, una mayor inclusión social y por el otro la multiplicación de pantallas va acompañada casi inevitablemente por una tendencia cada vez más fuerte al aislamiento y la soledad individual.


Otro tema candente dentro de la muestra es la relación de las pantallas con el poder. Y es que pensar que la evolución de los pantallas es fruto de un progreso lógico es ingenuo. La evolución tecnológica siempre va ligada a intereses económicos.

El poder ha instrumentalizado las pantallas  desde que se dio cuenta de su poder de seducción. Para transmitir discursos políticos, para crear deseo (de consumo, evidentemente) o para fines no tan transparentes como el control y la vigilancia.


En 2005 el artista polaco Krzysztof Wodiczko presentaba una instalación llamada “If you see something”  en la cual se aludía directamente al mensaje sonoro que se podía oír en el metro de Nueva York después de los atentados del 11-S. La idea era, si ves “algo” AVISA.


Es instalación resume a la perfección el momento actual en cuanto a pantallas y control se refiere. Todos tenemos cámaras, todos consumimos y producimos imágenes constantemente y por lo tanto, todos nos podemos vigilar unos a otros. La privacidad es un derecho que hemos perdido sin a penas darnos cuenta. El gran ojo que todo lo ve somos todos y cada uno de nosotros

La pantalla como dispositivo creador y archivador de historia, la pantalla como instrumento de poder. Pantallas que crean sueños o pantallas exageradas y desagradables llenas de una violencia y pornografía exacerbada. Quizás ha llegado el momento de reflexionar sobre cómo queremos que sean las pantallas del futuro.


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