“El cuerpo exiliado, expulsado de su
hogar, durmiendo en el afuera, como si, desprovisto de vida, ya nunca más fuese
admitido en su morada” M. Ángel Hernández Navarro.
Desde el 25 de enero y hasta el
28 de Abril se presenta en el MACBA “La casa fantasmal” de Ahlam Shibli
(1970), la muestra reúne 9 series fotográficas que la artista ha llevado a cabo
en los últimos diez años de trabajo.
Es la primera muestra sobre esta
artista en el estado español y creo poder afirmar que desde el día de la
inauguración no ha dejado indiferente a nadie. Tiene demasiada fuerza. Y es que
las fotografías de Ahlam Shibli hablan sobre algo que es común a todo ser humano: La necesidad ineludible de
tener un hogar.
Pero, ¿exactamente qué es un
hogar? Tradicionalmente el término
“hogar” se refiere a un lugar dónde el individuo o grupo habita y que siempre
va asociado a una cierta calma y seguridad. Es el lugar dónde estamos a salvo.
Todas sus series fotográficas
abordan el conflicto que supone para el individuo perder un hogar. ¿Qué le
queda al individuo o a la colectividad que ha perdido su lugar en el
mundo? ¿Qué poder de reacción
tienen los individuos que ya no poseen un lugar dónde habitar a salvo?. Delante
de estas preguntas es dónde entra en juego el papel de la fotografía. Cuando
Joe Spence problematizaba la práctica documental en su conferencia “la práctica
documental a examen”(1987) daba en el clavo cuando hacía reflexiones alrededor
de la relación de la fotografía y el poder, quién tiene el poder y cómo lo usa,
y quienes carecen de él. La artista en este caso, utiliza la fotografía como un
vehículo para visibilizar las comunidades afectadas por esta “pérdida del hogar”
y su consiguiente pérdida de poder, y se centra, en el pueblo Palestino. Quizás lo más
sorprendente es que ella no se centra en el conflicto (que todos por desgracia
conocemos) sino que lo da por hecho y se centra en el funcionamiento del
conflicto, en toda su complejidad y en las micro-problemáticas que desencadena
dentro de la comunidad palestina. Es decir, no busca los momentos de acción y
amarillismo a los que nos tiene acostumbrados el género documental, sino que
busca los signos del conflicto de una forma más bien fría, aunque no por ello
menos intensa.

Otra estrategia que utiliza la
artista de manera constante es la de acompañar cada una de las fotografías de
fecha, lugar y todos los datos técnicos necesarios para impedir un uso tergiversado de dichas
imágenes, también por ese mismo motivo la artista trabaja siempre en series,
convirtiendo así la serie en la única manera de que una sola imagen aprehenda
un sentido y realizando así una “resistencia fotográfica”. Una resistencia que
intenta visibilizar por medios alternativos aquello que al poder no le
interesa.
Por otra parte cabe decir que
Ahlam Shibli da un gran protagonismo al cuerpo en sus fotografías, entiende el
cuerpo como el primer lugar de conflicto a la par que el primer “hogar”. El
cuerpo es la sede de conflictos internos inherentes al ser humano y diana de represión por parte del sistema
normativizador en el cual (sobre)vivimos.
Sus series “Eastern LGBT”(2004/6) y Dom
Dziecka. The house starves when you are away”(2008) no dejan lugar a dudas del amplio abanico de problemáticas que
rodean al cuerpo abordando temas como las identidades Queer o los cuerpos
victimizados de huérfanos polacos. Y no
se puede obviar que al abordar estas conflictivas realidades, Ahlam Shibli desafía uno de los problemas que la
fotografía documental arrastra desde los años ’80, que es la documentación de
individuos con problemáticas de identidad de índole sexual dónde generalmente
la cámara está prohibida ya que pertenece a un espacio privado altamente
censurado.

Quizás sea (permitidme especular)
porque a aquellos a los que se les ha
arrebatado el hogar, la casa, la familia, las tierras y conviven con la
violencia de forma cotidiana, lo único que les queda al final como lugar de
resistencia es su propio cuerpo, un
cuerpo que necesita ser disidente después de tanta represión.
Todas las series fotográficas de
Ahlam Shibli son un grito de resistencia, son un grito político contra la
violencia de estado y contra la violencia de las propias imágenes, que en estos
tiempos de saturación parece que victimizan más que reivindican.
Para finalizar, sólo puntualizaré
que las fotografías de Ahlam Shibli nos muestran cómo la identidad social
palestina se ha construido a través del conflicto y cómo el hecho de intentar auto-representarse
(cómo pueblo al que se le ha negado ese poder) supone ya un acto político
ineludible, porque al fin y al cabo es mostrar aquello que al poder no le
interesa.